domingo, 25 de abril de 2010

El desarrollo y la visión

Después de comentar, problemas de aprendizaje relacionados con la visión, vamos a realizar un breve repaso de algunos aspectos, que de no ser tenidos en cuenta pueden desembocar en este tipo de problemas.
Antes de nada, es muy importante señalar que las características de cada niño son distintas, por lo que para cada caso es necesario centrarse en las necesidades individuales de cada uno. En este post vamos a hablar de manera general, cómo influyen las experiencias del niño en el desarrollo visual.
Partimos de que el Sistema Nervioso es capaz de reaccionar ante los estímulos externos e integrar las experiencias; sería pues un aprendizaje constructivo donde cada individuo construye su propio conocimiento. Este conocimiento, se consigue a través de la estimulación, que permite el crecimiento del Sistema Nervioso. Decimos que el aprendizaje es constructivo, porque el niño es el generador de su propio conocimiento, siempre teniendo en cuenta una base genética a la que se añaden elementos del entorno en el que se encuentra el niño.


A continuación, veremos cómo las experiencias del niño, influyen en el desarrollo de la visión y qué cosas tenemos que facilitarles para un correcto desarrollo. Durante los primeros meses de vida, para alcanzar un correcto desarrollo del sistema visual, debemos tener presente:
  • En las primeras semanas debe haber una prioridad: estímulos ambientales muy suaves y estables.
  • Si la lactancia es artificial la toma del biberón debe ser con posición alternante: unas veces se sujetará al bebé con el brazo izquierdo para darle el biberón con el derecho y otras de forma opuesta. La llegada de los estímulos, durante los períodos de activación, debe ser simétrica.

  • Poco a poco hay que brindarle la posibilidad de abrirse hacia el exterior. Los estímulos deben ser adecuados al nivel de sensibilidad. Hay que evitar que le irriten y le inestabilicen.

  • Iniciar la vida en el suelo cuando sea capaz de voltear. Potenciar el volteo hacia un lado y hacia el otro.

  • Estimular el arrastrado y el gateo. Es una etapa fundamental para establecer un buen proceso de binocularidad. Se potencia la relación entre los dos hemisferios cerebrales. No se logran las mismas experiencias organizativas con caminadores o “taca tás”.

  • En el suelo es muy importante el juego con elementos móviles: pelotas, globos, juguetes mecánicos que se desplacen, etc. Con ello se estimula la visomotricidad, el mantenimiento de la fijación y el movimiento del cuerpo de forma coordinada.

  • Cuando ha conquistado la bipedestación (puesta en pie) es de gran interés, para terminar de enriquecer la experiencia de los planos del espacio, que el niño se mueva sobre superficies inestables (arena, módulos de goma-espuma, etc).

  • Enriquecer el período de manipulación con encajes, construcciones, collares, elementos de diferentes texturas, frutas, esponjas, etc consolidará la coordinación ojo mano.

  • Correr, saltar, dar volteretas, hacer el pino...

Como hemos visto, el desarrollo y la óptima función visual están directamente relacionados con las experiencias vividas en los primeros meses de edad. Vamos a seguir avanzando, a partir de los 6 meses, otra etapa muy importante en el desarrollo para seguir adquiriendo diferentes capacidades.

Alrededor de los seis meses, el niño entra en una etapa de gran actividad, donde los movimientos oculares al igual que el control de los músculos esqueléticos toman gran importancia. Comienza a establecerse una interrelación entre la postura, la movilidad y la visión.

Con el gateo se activa la visión binocular, la audición biaural, los laberintos, los nervios oculomotores, el reflejo postural y los músculos del cuello y del tronco. Toda esta activación permite alcanzar el nivel de mielinización y de organización mesencefálica idóneos para seguir avanzando. A partir de este periodo de edad, donde el niño comienza a experimentar en el entorno por sí mismo, es muy importante que juegue con juguetes de distintas formas, texturas y tamaños, además de realizar actividades como tirarse la pelota, etc donde aprenderá a medir las distancias.

Para finalizar, cuando el niño tiene bien desarrollada la capacidad visual tiene más facilidad para correr, saltar, sortear obstáculos, evitar irregularidades del terreno, montar en bicicleta, etc, y a su vez la actividad visual se ve estimulada con nuevos niveles de experiencias que le permiten ser más eficaz.

Además, diferentes estudios afirman que los niños considerados torpes, con movimientos ineficaces, que tropiezan con facilidad, que no les gusta hacer deporte, que les cuesta montar en bicicleta... también muestran, en un alto porcentaje, ineficacia en los movimientos oculares.

Por todo lo que hemos visto anteriormente, es muy importante que se de un buen desarrollo en el niño, ya que todos los sistemas cerebrales interactúan, provocando un crecimiento y un avance en las capacidades del niño. Además, la intervención de los especialistas en el desarrollo es importante para la correcta evolución física, emocional y mental del niño.

Si deseais obtener más información sobre este tema, acudir a la siguiente dirección: www.visiónyvida.org

2 comentarios:

  1. Hola!
    Voy a escribir un poco la conjuntivitis en neonatos que es muy frecuente.

    La conjuntivitis en un recién nacido puede ser causada por obstrucción del conducto lacrimal, por una irritación producida por gotas oftálmicas antibióticas administradas en el parto o por infección. La conjuntivitis neonatal causada por ésta última puede ser muy grave.

    Son muchos los organismos que pueden causar infecciones en los ojos de los recién nacidos. Las infecciones bacterianas más comunes que pueden causar daño ocular grave son la gonorrea (Neisseria gonorrhoea) y la clamidia (Chlamydia trachomatis), las cuales pueden pasar de la madre al niño durante el nacimiento.

    Los virus que causan el herpes genital y oral también pueden provocar la conjuntivitis neonatal al igual que daño ocular grave. Estos virus también pueden pasar al bebé durante el nacimiento; sin embargo, la conjuntivitis por herpes es menos común que la conjuntivitis causada por gonorrea y clamidia.

    Las bacterias que normalmente viven en la vagina, que no se transmiten sexualmente, también pueden causar la conjuntivitis neonatal.

    Es posible que la madre no presente síntomas (asintomática) al momento del parto, pero sigue portando las bacterias o los virus capaces de causar conjuntivitis en el recién nacido. Los bebés recién nacidos infectados desarrollan una secreción de los ojos entre el primer día y las dos semanas después del nacimiento y los párpados se tornan hinchados, rojos y sensibles.

    Dada la importancia de la conjuntivitis neonatal, todos los hospitales (en su mayoría exigido por las leyes estatales) aplican, de forma rutinaria, nitrato de plata o gotas antibióticas, como la eritromicina, en los ojos de los recién nacidos para prevenir la enfermedad. El nitrato de plata ya no se utiliza tanto y ha sido reemplazado en su mayoría por gotas oftálmicas antibióticas.

    Leyre Sánches Grupo 16

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  2. Hola Leyre,
    muchas gracias por tu comentario, es muy intereante y nos ayuda a conocer más sobre problemas visuales en bebés.

    Un saludo

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